5 de septiembre de 2008

Todas las mujeres queremos ser hermosas. Y no queremos una belleza cualquiera sino una de aquellas apabullante, insultante. La hermosura tiene el don de la pregunta y la desgracia el de la respuesta. La belleza es un interrogante que somete a los ojos del hombre a una entrega total de espíritu, y siempre sobran las palabras. Con el tiempo descubres que tu belleza tiene el don de la oportunidad, y que sin ser algo estático aparece cuando una ya no la espera. Aparece en la oscuridad de un cuarto a medianoche, bajo el cuerpo del hombre amado, y descubres que el interrogante lo es todo, incluso a oscuras. Y sobran las palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hacia mucho tiempo que no escribias... y me estaba preocupando! Esto es todo lo que se de ti. Saber que estas a través del blog... Nos veremos esta noche en Barcelona? No has contestado a los mails!!
Quiero verte!

Lorena