Vivimos como soñamos, solos.

No perdono a la tierra ni a la nada/ Quiero escarbar la tierra con los dientes/ Quiero minar la tierra hasta encontrarte.

Dejé atrás toda una revolución de sonrisas. Olvidé de fotografiar los recuerdos que hoy invaden mi memoria, que hoy no me dejan descansar tranquila. Obstruye mi conciencia cual sábana en un cañón, apenas me deja respirar el malogrado sentimiento de "realmente lo hice mal".

Paseas, de noche, por las mismas calles de siempre y te parecen sorprendentemente distintas. Tu plaza roja de Moscú es eterna, allá jamás pasa el tiempo. Lo que pasa es el tiempo, que silba recordándome que estoy viva. Eso lo recuerdas cada día. Y cada noche, cuando te espero con mi lucero encendido. ¿El de las estrellas?, ese mismo. Se reflejan en las paredes y parece que haya entrado la noche por la ventana. Falta la luna. Tus ojos todo lo iluminan. Lo mismo que la Luna, son variables, y cambian por ciclos. Eres cíclica, lunar y soñadora. Cada vez menos, de serlo me he convertido en ellos. ¿Eres un sueño? Supongo. Trepa por mi ventana, y tráeme la noche a la cama, no quiero eclipses ni noches sin luna, te quiero a mi lado cada noche, durante el día te dejaré volar pero durante la noche quiero que ilumines mi alcoba, que acaricies mi rostro y te bebas mis lágrimas. De pequeña , cuando viajaba de noche en el auto de mis padres, le hablaba a la luna desde mi ventana, me sorprendía que siempre estaba allí, me perseguía. Lo ves, eres como ella. Nunca te abandonaré, incluso durante el eclipse, cuando no me veas, estaré allí.

Tienes el alma quebrada, yo la coseré con miel y flores.